Ubicada en el encantador entorno del Bajo Ampurdán, una región caracterizada por sus paisajes campestres y su rica historia cultural, se erige una magnífica casa de estilo campestre que captura la esencia del vivir tranquilo y armonioso. Enclavada en el pintoresco pueblo de Calella de Palafrugell, esta residencia, conocida como Villa Cap Roig, se alza como un oasis de paz y serenidad en medio del bullicio de la vida moderna.

Originalmente construida en la década de los años 70, esta casa ha sido testigo de innumerables historias y ha presenciado el paso del tiempo con gracia y elegancia. Sin embargo, con el paso de los años, sus interiores comenzaron a mostrar signos de desgaste y obsolescencia, lo que llevó a sus propietarios a emprender un ambicioso proyecto de renovación y remodelación.

Guiados por un profundo respeto por la historia y la arquitectura tradicional de la zona, los propietarios se embarcaron en la búsqueda de un equipo de profesionales que compartiera su visión y su pasión por la excelencia. Fue así como se encontraron con la arquitecta Ivana Tuneu y la diseñadora de interiores Aude May, del reconocido estudio Bloomint Design, cuya reputación por su enfoque innovador y su meticulosa atención al detalle los convirtió en la elección perfecta para llevar a cabo esta ambiciosa empresa.

Desde el principio, el objetivo principal del proyecto fue preservar la esencia rústica y la autenticidad de la casa, al tiempo que se introducían elementos contemporáneos y comodidades modernas para crear un espacio habitable que reflejara la personalidad y el estilo de vida de sus propietarios. Con este fin, se llevó a cabo una exhaustiva evaluación de las necesidades y los deseos de los clientes, así como un análisis detallado de las características arquitectónicas y estructurales del edificio.

Una de las principales preocupaciones era la distribución original de la casa, que se percibía como anticuada y poco funcional. Los espacios estaban compartimentados y oscuros, lo que dificultaba la circulación y limitaba la entrada de luz natural. Para abordar este problema, se propuso abrir los interiores al exterior y crear espacios diáfanos y luminosos que permitieran una conexión fluida entre el interior y el exterior.

Este enfoque se refleja claramente en el diseño de la nueva distribución, que incorpora grandes ventanales y tragaluces estratégicamente ubicados para maximizar la entrada de luz natural y ofrecer vistas panorámicas del exuberante jardín y el paisaje circundante. Además, se reconfiguraron las áreas de estar y se eliminaron paredes innecesarias para crear una sensación de amplitud y fluidez en todo el espacio.

El corazón de la casa es, sin duda, el acogedor salón con chimenea, un espacio diseñado para el confort y la relajación. Con techos altos de vigas expuestas, suelos de microcemento y muebles de estilo rústico, este espacio irradia calidez y encanto, invitando a los residentes y sus invitados a reunirse y disfrutar de momentos inolvidables junto al fuego crepitante. La chimenea, que se ha convertido en el centro de atención, no solo proporciona calor y confort en las noches frías de invierno, sino que también añade un toque de nostalgia y romanticismo al ambiente.

Además del salón, la casa cuenta con una amplia zona social que incluye una cocina totalmente equipada, un comedor formal y una sala de estar informal, todos ellos diseñados para satisfacer las necesidades y los gustos de una familia moderna. La cocina, en particular, ha sido objeto de una cuidadosa atención por parte de los diseñadores, que han combinado elementos tradicionales con detalles contemporáneos para crear un espacio funcional y elegante. Con una isla central de mármol, electrodomésticos de última generación y acabados de alta calidad, esta cocina es el sueño de todo chef aficionado.

Además de los aspectos funcionales, se prestó una atención especial a los detalles estéticos y decorativos, que contribuyen a crear una atmósfera única y acogedora en toda la casa. Desde los muebles de madera maciza hasta los textiles suaves y las obras de arte cuidadosamente seleccionadas, cada elemento ha sido elegido con cuidado y consideración para reflejar el estilo y la personalidad de los propietarios.

El resultado final es una casa que combina lo mejor del pasado y el presente, un refugio de tranquilidad y belleza en medio de la tumultuosa vida moderna. Con sus interiores luminosos y sus espacios acogedores, Villa Cap Roig es mucho más que una casa; es un hogar lleno de historia, amor y vida.