Can Nerós: Un Refugio de Ensueño en la Montaña

Ubicada en un entorno natural privilegiado, esta casa rústica en la montaña es el refugio perfecto para quienes buscan desconectar del ajetreo diario y sumergirse en un ambiente de paz y calidez. Construida en piedra y madera, la vivienda conserva la esencia de las antiguas casas de montaña, ofreciendo un espacio acogedor donde cada rincón cuenta una historia. Su encanto radica en su sencillez, en la nobleza de sus materiales y en la calidez que brindan sus techos rústicos de madera, los cuales aportan una sensación de hogar inigualable.

De Dos Pajares en Ruinas a una Casa de Ensueño

La historia de esta casa es, en sí misma, un testimonio de transformación y amor por la arquitectura tradicional. «Compramos la casa en 2013. En aquel momento, eran simplemente dos pajares en desuso, pero vimos en ellos el potencial para crear un hogar familiar con carácter y personalidad», cuenta Elisa, la propietaria de Can Nerós. La idea fue clara desde el principio: aprovechar la estructura original y convertirla en una vivienda cálida y funcional, sin perder el encanto rústico que la caracteriza.

Durante el proceso de rehabilitación, se puso un especial énfasis en preservar la esencia de la construcción original. Así, los techos rústicos de madera, tan característicos de las casas de montaña, se restauraron y reforzaron para garantizar su durabilidad, pero manteniendo su apariencia tradicional. «Desde el primer momento supimos que los techos rústicos de madera serían uno de los elementos clave de la casa. No solo aportan belleza y autenticidad, sino que también crean un ambiente acogedor que invita al descanso», explica Elisa.

Una Casa que Enamora a Primera Vista

Los detalles arquitectónicos de Can Nerós son parte fundamental de su atractivo. La combinación de piedra, madera y amplios ventanales crea una armonía perfecta entre tradición y modernidad. «Las nuevas ventanas son mucho más grandes que las de una casa rústica convencional, lo que nos permite disfrutar de unas vistas espectaculares hacia el Oeste», señala Jordi Vidal Mir, arquitecto de Aresta Arquitectura y responsable de la reforma.

Los interiores reflejan un estilo rústico y elegante, donde los techos rústicos de madera juegan un papel protagonista. Estas vigas, restauradas con esmero, no solo aportan solidez estructural, sino que también se convierten en un elemento decorativo que realza el carácter de cada estancia. La luz natural, filtrándose a través de las ventanas, resalta la textura y el color de la madera, creando un juego de contrastes que refuerza la sensación de calidez.

Un Pasado de Granero y Establo Convertido en un Hogar Acogedor

Antes de convertirse en la casa de montaña perfecta, este espacio tenía un uso completamente diferente. «Originalmente, esta casa y la de al lado se usaban para guardar animales y como granero. La rehabilitación consistió en unir ambas construcciones auxiliares y transformarlas en una gran vivienda que pudiera disfrutarse durante todo el año», explica el arquitecto Jordi Vidal Mir.

El reto principal fue adaptar dos edificaciones rústicas sin perder su esencia. Por ello, los techos rústicos de madera fueron cuidadosamente restaurados, respetando su estructura original, pero asegurando su resistencia y durabilidad. Gracias a esta intervención, hoy en día la casa ofrece todas las comodidades modernas sin renunciar a su identidad histórica.

Un Espacio para Disfrutar y Compartir

Desde su restauración, Can Nerós se ha convertido en un refugio ideal para la familia y los amigos. «Nos gusta tanto venir aquí que no queremos que la casa esté cerrada cuando no la usamos. Es mejor aprovecharla, por eso decidimos compartirla en Airbnb», comenta Elisa.

Cada estancia de la casa transmite calidez y autenticidad. La sala de estar, con su chimenea de piedra y sus techos rústicos de madera, es el lugar perfecto para reunirse en las frías tardes de invierno. La cocina, de diseño tradicional pero completamente equipada, invita a preparar deliciosas comidas caseras, mientras que los dormitorios, con sus vigas de madera expuestas, ofrecen un ambiente sereno y acogedor.

En el exterior, la naturaleza se convierte en la gran protagonista. Desde la terraza se pueden contemplar impresionantes atardeceres, mientras que los alrededores invitan a explorar senderos, respirar aire puro y disfrutar de la tranquilidad de la montaña.

Can Nerós: Un Hogar con Alma

Más que una simple casa de montaña, Can Nerós es un hogar con historia, un espacio donde cada detalle ha sido pensado para ofrecer confort y autenticidad. Su arquitectura, marcada por la piedra y los techos rústicos de madera, es un homenaje a las construcciones tradicionales, adaptadas a las necesidades de hoy sin perder su esencia.

Quienes han tenido la oportunidad de alojarse aquí coinciden en que Can Nerós es un lugar especial, donde el tiempo parece detenerse y la conexión con la naturaleza se vuelve más profunda. Es un refugio de paz, una casa que invita a relajarse, a compartir momentos inolvidables y a disfrutar de la belleza de lo simple.